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Opiniones

Martes con mi viejo profesor

Si hay un libro con el que he encontrado diferencias de opinión en los lectores es con "Martes con mi viejo profesor". Mi opinión es que es un libro muy recomendable, muy regalable, muy fácil de leer y de los que te cambia, te sientes dispuesto a ser mejor tras leerlo. Otras opiniones que he oído hablan de 'cursi' (está escrito en clave de sentimientos) y de obvio (no hay ninguna verdad ignota que se descubra, desde luego).

Se trata de las tardes que pasa el escritor con un antiguo porfesor de sociología de la facultad. El profesor está en estado terminal y ambos enfocan esas tardes como una asignatura más, la última del profesor, que tiene que terminar produciendo el libro como si fuera el proyecto o tesina.

El punto fuerte lo da la situación del profesor: a punto de morir y sufriendo un deterioro físico cada vez mayor. Para mí, lo que te puede hacer cambiar es su actitud ante la vida en un estado tan crítico. Está dispuesto a seguir trabajando, disfruta con cada cosa que le pasa y quiere que la experiencia dramática que está viviendo sirva para otras personas que tarde o temprano deben vivir una experiencia similar. Y sobre todo, viendo cómo se puede ser feliz en tales circunstancias, cuánto más fácil debe ser en otras menos complicadas.

Las opiniones que da acerca de las situaciones de la vida son muy lúcidas y creo que muy válidas. No son ningún hallazgo ni nada que no podamos percibir por nuestra cuenta pero sí son casi todo lo que no practicamos a la hora de la verdad, complicándonos nosotros solos la vida de mala manera y haciéndonos con gran esfuerzo el camino hacia la infelicidad. Su 'alumno' (el autor) es una persona brillante, que ha recibido incluso todas esas enseñanzas en las asignaturas de sociología de la facultad y que sin embargo claramente no las aplica. Las charlas con el profesor mejoran su situación personal y familiar cambiando 180 grados la orientación emocional y afectiva hacia el trabajo y hacia los suyos. De hecho hacia el final recibe la mejor recompensa posible (y no me refiero al libro).

En fin, un libro de los que creo que hay que leer, probablemente dependa mucho de la situación emocional de cada cual para que te 'entre' o quede en la superficie o incluso 'rebote', en cualquier caso es poco tiempo de lectura y puede merecer mucho la pena.

La sombra del viento

De entrada tengo que recomendar fuertemente la lectura de 'la sombra del viento' de Carlos Ruiz Zafón. Si le puedo ver algún problema es que la trama te engancha tanto que se lee un poco más deprisa de lo necesario sin disfrutar lo suficiente con el cuidado lenguaje de su autor. Puede ser un libro de los que necesitan dos lecturas, una segunda para recrearse en el lenguaje y terminar de atar algún hilo suelto que una primera lectura buscando la resolución del enigma a lo mejor no termina de cerrar.

Para no sonar demasiado entusiasta quiero empezar diciendo alguna cosa menos buena de la novela.

Está claro que su autor ha hecho un libro que busca el éxito. Se trata de una novela con vocación de best-seller y 'premiable' en un certamen. Busca enganchar al lector con gotas de erotismo, amores turbulentos, referencias históricas y sobre todo intriga y misterio (ingredientes de todo best-seller que se precie). Los buenos son muy buenos y los villanos muy villanos.

La estructura del libro está pensada para intrigar al lector. Es el muy utilizado esquema de ir descubriendo el pasado que explica el presente según el punto de vista del protagonista lo cual permite manejar la información que recibe el lector e incluso introducir algún pequeño 'engaño' con cambio de identidad de personajes. Esto te mantiene enganchado pues no termina de casar lo que pasa en el presente con la información que se recibe del pasado que, además va soltando pequeñas dosis de hechos dramáticos, casi truculentos.

Salvando estos aspectos (no puede ni siquiera decirse que sean malos, sólo recursos de escritor) la novela aporta un montón de argumentos a mi parecer muy valiosos, que voy a intentar exponer a continuación.

No hay ningún personaje de relleno, todos están íntimamente entrelazados por lo que todos (casi) reciben un estudio profundo de su personalidad y no se dispersa la atención del lector con información irrelevante. Para mi gusto está al nivel en este aspecto de los grandes guiones de Hollywood de los años 60, es posible que el trabajo precisamente de guionista de Carlos Ruiz Zafón en Estados Unidos haya influido positivamente.

Ya he comentado que el lenguaje está muy cuidado y no sólo en el aspecto formal, las reflexiones que hacen los personajes son siempre certeras y originales y hace que sea un placer leer la novela dedicándole tiempo (si es que la avidez por conocer el desenlace te deja, de ahí la segunda lectura). Esta es una abrumadora ventaja sobre un best-seller escrito originalmente en inglés, los trucos de contenido y de forma nos suenan muy cercanos y produce una gran satisfacción añadida a la trama.

Además, aunque la estructura he comentado que es muy normal, aporta un plus que para mi gusto es de lo mejor de la novela: tanto la situación que se descubre como la que se vive son casi idénticas, los personajes cada vez encajan más en sus pensamientos, actitudes y relaciones entre sí. El autor nos mete en un círculo argumental que a veces da la sensación del 'dejà vu' y produce una momentánea mezcla de situaciones que es muy agradable. Para aumentar la sensación va incluyendo de cuando en cuando elementos que reafirman la similitud en los amores, reflexiones, incluso en una pluma... Es genial la última página, idéntica a la primera en contenido y sin embargo muy distinta, sobre todo en el significado de la palabra 'hablar' que hace que al principio del libro deje sensación de tristeza y al final de satisfacción. Esta sensación cíclica y de cierta mezcla es en cierto modo similar a la que produce "Cien años de soledad", en este caso jugando con los nombres similares de los personajes. En algún momento el autor parece querer jugar aún más con este desarrollo cíclico dando la sensación de que el libro que tenemos puede ser el que ha leído el protagonista (como en "La historia interminable").

Por último y esto creo que sí es lo que más me ha impactado, la novela consigue dejar una sensación final de triunfo basada en que la historia actual mejora sensiblemente a la pasada a pesar de la gran similitud entre ambas, como si el conocimiento del protagonista de la antigua le sirva para mejorar la actual. De hecho muchas decisiones acertadas sobre su vida las toma al conocer los errores pasados por otro en la otra vida similar. Esto hace que el protagonista antiguo reviva de alguna manera de forma triunfal en el nuevo protagonista redimiendo sus errores, liberándose de una pesada carga e incluso volviendo él mismo a ser feliz. La última página de la que he hablado resume todo esto con un diálogo idéntico pero con un significado feliz. Este mejorar de la existencia, este repetir pero aprendiendo y eliminando errores creo que es el mensaje más importante del autor y que está expuesto de forma insuperable.

Elimina Darwin a Dios?

La teoría de Darwin da una explicación muy convincente acerca de cómo han surgido todos los seres vivos, incluido el hombre, a partir de la selección acumulativa de microcambios que, a lo largo de millones de años, dan lugar a grandes diferencias.

Elimina esto la posibilidad de la existencia de Dios?. A mi parecer no.

Sigue sin respuesta el cómo ha surgido el universo y la idea de que una inteligencia creadora ha actuado es tan válida e incomprensible a nuestro nivel como cualquier otra posibilidad. Estamos inmersos en un universo existente y la idea de que no existiera nos es tan lejana como el pensar en 4 dimensiones espaciales.

Incluso me atrevo a decir que puede salir reforzada la idea de Dios gracias a Darwin. En efecto, si algo enseña el universo es que las 'reglas del juego' son siempre simples. En cualquier actividad lo sencillo tiene muchas ventajas en cuanto a cambios, comprensión, etc. frente a lo complejo y una creación continuada o apoyada continuamente es un mecanismo complicado cuando seguro que una inteligencia capaz de crear puede hacerlo de forma más simple. El mecanismo de Darwin es tan fácil que revela un universo (en cuanto a la vida) de una variedad y unas posibilidades casi infinitas partiendo de unas reglas ínfimas. Esto cuadra con lo que se espera de una creación de alguien capaz de crear un universo.

Elimina la inmortalidad del hombre? Esto es más complicado. Es de esperar que un Creador rescate (y seguro que es capaz) a un ser creado que toma conciencia de sí mismo. Lo complicado es que no hemos sido los únicos que han tomado conciencia (el hombre de Neandertal tenía una inteligencia comparable a la nuestra) y ni tan siquiera lo somos en la actualidad.

Los primates superiores (gorila, chimpancé, bonobo, orangután) y los delfines son conscientes de su existencia (se reconocen ante un espejo), comprenden la muerte, pueden asimilar conceptos abstractos como izquierda/derecha, sorpresa, etc. y desde luego manifiestan emociones que suenan muy humanas. Serían ellos candidatos a una posible redención?. Para nuestro 'corporativismo humano' es difícil de creer, pero lo que sí es cierto es que las pequeñas diferencias entre nosotros y ellos son reales e independientes de la teoría de Darwin y que cuanto más los investigamos más cercanos son.

 Independientemente, por tanto, de Darwin mi opinión es que la redención es posible, deseable y casi esperable partiendo de la existencia de Dios pero es difícil pensar que es un asunto exclusivo de la especie humana.

Tal para cual

Existe un juego muy sencillo (y muy conocido) que intenta reproducir algunos aspectos de las estrategias a seguir en la relación con otras personas para 'ganar' socialmente.

En cada jugada una persona decide Sí colaborar o No colaborar. Las dos personas que participan (puede hacerse con cualquier número, pero se suele jugar entre dos) sacan su jugada simultáneamente. Si los dos colaboran, ambos ganan una cantidad de puntos (tradúzcase puntos por dinero, prestigio, felicidad, etc) relativamente modesta. Pongamos como ejemplo 3 puntos cada uno. Si ambos No colaboran, ninguno gana nada. Si uno colabora y el otro no (le 'engaña') el que No colabora gana 5 puntos y el otro nada.

La gracia del juego está en que esta jugada se repite muchas veces (en televisión hay ahora programas en que se hace esta jugada una sola vez con dinero y el resultado penoso de que la mayoría de las veces ninguno colabora y no se llevan nada) por lo que tu actitud en una jugada influye en cómo te van a tratar en la siguiente.

Este juego refleja bastante bien la interacción social, en general como más ganas en un primer momento es engañando a tu 'socio', y desde luego se gana más colaborando los dos que engañándose los dos.

Hace más de 20 años (en un 'Investigación y ciencia' viene reflejado) se hizo un torneo en donde participaban programas escritos en BASIC capaces de jugar entre sí a este juego. Cada confrontación individual era de 100 jugadas y 'jugaron' todos los programas contra todos. Había programas de todas las tendencias posibles: aleatorios ('lunáticos'), siempre colaboradores ('altruistas') siempre No colaboradores ('egoístas'), programas que tenían en cuenta las anteriores jugadas ('calculadores'), etc. Es posible que cada programa reflejara con sus limitaciones la actitud vital de su programador.

Pues bien, ganó un programa que en castellano puede traducirse por 'tal para cual'. Este programa tenía muy pocas líneas de programación y hacía lo siguiente: la primera jugada colaboraba. En cada jugada siguiente hacía lo que el contrario le había hecho en la anterior. Más que 'tal para cual' podíamos llamar a este programa 'ojo por ojo' . 'vengador', etc. Una cosa muy curiosa es que este programa no gana ninguna confrontación individual, como mucho empata (revisar las posibles combinaciones de jugadas empezando por colaborar para comprobarlo), es el típico ejemplo de la frase que me gusta tanto de 'perder todas las batallas para ganar la guerra'. Su fuerza en este juego está en su inhumanidad total en el sentido de insobornabilidad y devolución de cada golpe en su medida exacta. A poco listo que sea el contrario ve que la única forma de ganar algo contra 'tal para cual' es colaborar siempre por lo que esas partidas suelen terminar con alta puntuación para ambos. Tal para cual suma siempre altas puntuaciones y, en el cómputo global, gana.

Aún hubo más: se publicaron los resultados, se explicó porqué había ganado 'tal para cual', se repitió al año siguiente el torneo con nuevos programas... y ¡ganó otra vez el mismo!, demostrando que su estrategia en este juego es invencible. Siendo estrictos hay una posible mejora que consiste en hacer esta estrategia pero detectando conductas aleatorias (programas 'lunáticos') para los cuales lo mejor es siempre No colaborar, la mitad de las veces te llevas 5 puntos en vez de 3.

Hay muchas cosas que deducir de este torneo que pueden servir para definir nuestra estrategia vital:

- No hay que fijarse en las ganancias inmediatas, sino a largo plazo. En una jugada lo mejor es No colaborar: ganas 5 ó 0 mientras que colaborando ganas 3 ó 0. Incluso sabiendo lo que el otro va a hacer es mejor siempre no colaborar en una jugada. Sin embargo la partida no es una jugada y lo que haces influye en lo que te van a hacer. En la vida es incluso más exagerado porque los otros 'jugadores' también observan las partidas en las que no intervienen y sacan sus conclusiones. En general lo muy bueno a corto plazo será malo a largo plazo (mi opinión es que en la vida también ocurre esto y ésta es la gran justicia de la vida en sociedad)

- El objetivo es ganar todas las confrontaciones, no cada confrontación. ya he comentado que 'tal para cual' pierde/empata cada confrontación. Lo asombroso es que además de ganar dejas a cada contrincante con el 'buen sabor' de haberte derrotado. Él se conforma con ganar tu partida, tú sabes que ganas el torneo...todos contentos!. En la vida en general la prepotencia de derrotar a cada contrario y salir vencedor de cada pequeña confrontación da también pésimos resultados a largo plazo (los demás te observan y se protegerán de ti), es una fuente segura de 'tortazos' en cada relación. Me viene a la memoria el proverbio chino 'el árbol resiste y cae arrancado por el huracán, el junco se dobla y permanece'.

- La estrategia que hay que buscar evidentemente es colaborar, ser altruista. 'Tal para cual' consigue conducir a cada contrario a base de devolver exactamente cada desviación por pequeña que sea. Su estrategia de conducción es tremendamente simple y clara para todos. En general, en cualquier disciplina de la vida la simplicidad es muy superior a lo excesivamente complejo: se entiende mejor, se capta mejor, se adapta mejor, se podría modificar llegado el caso más fácilmente y evita cometer errores. Los organismos que más tiempo has sobrevivido en la naturaleza son poco complejos y con 'estrategias' simples.

Otras conclusiones son mucho más discutibles:

¿Hay que devolver el golpe?. En el juego da resultado porque está perfectamente calibrado el premio y el castigo. El golpe que devuelves es exactamente igual que el recibido y nadie puede sentirse agraviado. Las posibilidades de agredir están perfectamente limitadas, no hay posibilidad de escalada de agravios.

En la vida nunca es así. Lo que tú has percibido como una agresión casi siempre para el 'contrincante' es un fallo, un descuido, mala suerte, como mucho una broma sin importancia. Raramente se recibe una agresión directa y buscada. Tu respuesta buscando el 'ojo por ojo' pasa a ser para el otro una agresión directa y sin provocación previa que por tanto merece respuesta. Además se da el caso de que la medición subjetiva de la agresión es mayor para el que la recibe que para el que la da, entrando inmediatamente en una 'escalada de agravios' que SIEMPRE termina mal para ambas partes. Evidentemente esta nunca puede ser una buena estrategia.

Es mucho mejor ser comprensivo a la hora de calibrar lo que percibimos como agravio de otro. Ponerse en su lugar (lo que se llama empatía), intentar comprender porqué ha ocurrido eso, siempre buscar el diálogo para ver su punto de vista, dar el nuestro e intentar buscar una compensación razonable y sobre todo, consensuada con el presunto agresor. Si hemos sido nosotros los que hemos dado el primer golpe, ser igualmente comprensivos ante la muy probable devolución por parte del otro: empatía, diálogo, búsqueda de solución conjunta..

En casos extremos nos encontraremos con elementos que buscan sencillamente el ataque directo y para los que el diálogo o empatía sólo sirve para disfrazar sus intenciones o para tener más tiempo y oportunidades de dar más golpes. Aquí más que nunca no hay que 'entrar al trapo', hay que minimizar la relación cuanto sea posible, quedarse con el agravio como una batalla más perdida en el camino de ganar la guerra y en todo caso prevenir al resto de la sociedad de su actuación.

En caso de duda, siempre dará mejor resultado colaborar aunque 'haya hecho el tonto' que no hacerlo.

Altruísmo frente a egoísmo

Parece claro que el objetivo último del ser humano es ser feliz. Lo que no está tan claro es con qué estrategia se consigue este objetivo.

En la interacción con el resto de personas hay fundamentalmente dos modos opuestos de actuar: altruistamente, es decir, teniendo en cuenta el objetivo de ser feliz de la otra persona y dedicando esfuerzo propio a que él esté mejor. O egoístamente, teniendo en mente solo el objetivo propio y no haciendo nada que no redunde en una mayor felicidad personal.

Esta, como todas las separaciones, no es tan clara ni tan estanca como se podría pensar. Hay personas que actúan altruistamente y encuentran una gran satisfacción personal en ayudar a los demás (desde un punto de vista muy retorcido se podría decir que actúan egoístamente buscando su felicidad personal) y personas que incluso impulsan organizaciones altruistas con el fin de enriquecerse (son egoístas que ayudan mucho a los demás para conseguir sus fines). No obstante todos tenemos claro qué es una persona egoísta y cómo actúa.

Parece una buena estrategia para ser feliz el ser egoísta: hacerse camino 'a codazos' en tu empresa, intentar minimizar la labor de compañeros, jefes y subordinados para que resplandezca la tuya, incluso detalles como quedarte el mejor bocado en la mesa cuando te dan a elegir... Muchos 'triunfadores' parecen tener ese perfil e incluso se suele recomendar como una buena estrategia de vida para un niño el 'amor propio' 'no dejes que te adelanten' 'hay que destacar', etc, etc.

No obstante estudiando con cuidado la historia e incluso la naturaleza a nuestro alrededor hay algo que parece claro: en las especies sociales (y el hombre es una de ellas sin duda) el egoísmo individual produce un fuerte rechazo. A la larga una persona calificada de egoísta no disfruta de las ventajas de la relación social y de la sinergia (uno más uno es más de dos) base y origen de la estructura social. Una estrategia muy usada es ser egoísta en el sentido más puro de la acepción pero disimular con palabrería y fuegos de artificio esta actitud para evitar el rechazo de los demás. Es imposible engañar a todos todo el tiempo y las caídas de este tipo de personas son las más sonadas de los programas de noticias.

En un entorno social la mejor estrategia es ser altruista. Cuanto más se da a los demás desinteresadamente más se recibe. El entorno percibe esa característica, la agradece y la premia. Hay casos puntuales que intentan aprovecharse de ella y normalmente lo consiguen. Son los casos que caerán en el futuro estrepitosamente y no merece la pena dedicar un lamento al tiempo y esfuerzo perdido con ellos. La gratificación no viene undireccionalmente sino que se recibe de todo nuestro entorno social que nos observa y ve nuestra actitud.

Este mensaje a mi entender es lo más esencial de Sócrates o Platón y por supuesto de Jesucristo, que demostraron una clarividencia superior en un tema que no es nada obvio (muchas especies animales lo tienen por instinto, pero la mente humana puede jugar muchas malas pasadas) . Si quieres ser feliz, ser bien tratado, disfrutar haciendo algo por los demás (el placer que más llena) y recibiendo muchísimo más a cambio, sé indudable e incondicionalmente altruista. No lamentes las batallas perdidas, se trata de ganar la guerra sumando pequeñas victorias proporcionadas por todos los puntos de nuestro entorno. Así es como más se gana.

En resumen, un altruista es un egoísta inteligente.