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jesusorera

Tal para cual

Existe un juego muy sencillo (y muy conocido) que intenta reproducir algunos aspectos de las estrategias a seguir en la relación con otras personas para 'ganar' socialmente.

En cada jugada una persona decide Sí colaborar o No colaborar. Las dos personas que participan (puede hacerse con cualquier número, pero se suele jugar entre dos) sacan su jugada simultáneamente. Si los dos colaboran, ambos ganan una cantidad de puntos (tradúzcase puntos por dinero, prestigio, felicidad, etc) relativamente modesta. Pongamos como ejemplo 3 puntos cada uno. Si ambos No colaboran, ninguno gana nada. Si uno colabora y el otro no (le 'engaña') el que No colabora gana 5 puntos y el otro nada.

La gracia del juego está en que esta jugada se repite muchas veces (en televisión hay ahora programas en que se hace esta jugada una sola vez con dinero y el resultado penoso de que la mayoría de las veces ninguno colabora y no se llevan nada) por lo que tu actitud en una jugada influye en cómo te van a tratar en la siguiente.

Este juego refleja bastante bien la interacción social, en general como más ganas en un primer momento es engañando a tu 'socio', y desde luego se gana más colaborando los dos que engañándose los dos.

Hace más de 20 años (en un 'Investigación y ciencia' viene reflejado) se hizo un torneo en donde participaban programas escritos en BASIC capaces de jugar entre sí a este juego. Cada confrontación individual era de 100 jugadas y 'jugaron' todos los programas contra todos. Había programas de todas las tendencias posibles: aleatorios ('lunáticos'), siempre colaboradores ('altruistas') siempre No colaboradores ('egoístas'), programas que tenían en cuenta las anteriores jugadas ('calculadores'), etc. Es posible que cada programa reflejara con sus limitaciones la actitud vital de su programador.

Pues bien, ganó un programa que en castellano puede traducirse por 'tal para cual'. Este programa tenía muy pocas líneas de programación y hacía lo siguiente: la primera jugada colaboraba. En cada jugada siguiente hacía lo que el contrario le había hecho en la anterior. Más que 'tal para cual' podíamos llamar a este programa 'ojo por ojo' . 'vengador', etc. Una cosa muy curiosa es que este programa no gana ninguna confrontación individual, como mucho empata (revisar las posibles combinaciones de jugadas empezando por colaborar para comprobarlo), es el típico ejemplo de la frase que me gusta tanto de 'perder todas las batallas para ganar la guerra'. Su fuerza en este juego está en su inhumanidad total en el sentido de insobornabilidad y devolución de cada golpe en su medida exacta. A poco listo que sea el contrario ve que la única forma de ganar algo contra 'tal para cual' es colaborar siempre por lo que esas partidas suelen terminar con alta puntuación para ambos. Tal para cual suma siempre altas puntuaciones y, en el cómputo global, gana.

Aún hubo más: se publicaron los resultados, se explicó porqué había ganado 'tal para cual', se repitió al año siguiente el torneo con nuevos programas... y ¡ganó otra vez el mismo!, demostrando que su estrategia en este juego es invencible. Siendo estrictos hay una posible mejora que consiste en hacer esta estrategia pero detectando conductas aleatorias (programas 'lunáticos') para los cuales lo mejor es siempre No colaborar, la mitad de las veces te llevas 5 puntos en vez de 3.

Hay muchas cosas que deducir de este torneo que pueden servir para definir nuestra estrategia vital:

- No hay que fijarse en las ganancias inmediatas, sino a largo plazo. En una jugada lo mejor es No colaborar: ganas 5 ó 0 mientras que colaborando ganas 3 ó 0. Incluso sabiendo lo que el otro va a hacer es mejor siempre no colaborar en una jugada. Sin embargo la partida no es una jugada y lo que haces influye en lo que te van a hacer. En la vida es incluso más exagerado porque los otros 'jugadores' también observan las partidas en las que no intervienen y sacan sus conclusiones. En general lo muy bueno a corto plazo será malo a largo plazo (mi opinión es que en la vida también ocurre esto y ésta es la gran justicia de la vida en sociedad)

- El objetivo es ganar todas las confrontaciones, no cada confrontación. ya he comentado que 'tal para cual' pierde/empata cada confrontación. Lo asombroso es que además de ganar dejas a cada contrincante con el 'buen sabor' de haberte derrotado. Él se conforma con ganar tu partida, tú sabes que ganas el torneo...todos contentos!. En la vida en general la prepotencia de derrotar a cada contrario y salir vencedor de cada pequeña confrontación da también pésimos resultados a largo plazo (los demás te observan y se protegerán de ti), es una fuente segura de 'tortazos' en cada relación. Me viene a la memoria el proverbio chino 'el árbol resiste y cae arrancado por el huracán, el junco se dobla y permanece'.

- La estrategia que hay que buscar evidentemente es colaborar, ser altruista. 'Tal para cual' consigue conducir a cada contrario a base de devolver exactamente cada desviación por pequeña que sea. Su estrategia de conducción es tremendamente simple y clara para todos. En general, en cualquier disciplina de la vida la simplicidad es muy superior a lo excesivamente complejo: se entiende mejor, se capta mejor, se adapta mejor, se podría modificar llegado el caso más fácilmente y evita cometer errores. Los organismos que más tiempo has sobrevivido en la naturaleza son poco complejos y con 'estrategias' simples.

Otras conclusiones son mucho más discutibles:

¿Hay que devolver el golpe?. En el juego da resultado porque está perfectamente calibrado el premio y el castigo. El golpe que devuelves es exactamente igual que el recibido y nadie puede sentirse agraviado. Las posibilidades de agredir están perfectamente limitadas, no hay posibilidad de escalada de agravios.

En la vida nunca es así. Lo que tú has percibido como una agresión casi siempre para el 'contrincante' es un fallo, un descuido, mala suerte, como mucho una broma sin importancia. Raramente se recibe una agresión directa y buscada. Tu respuesta buscando el 'ojo por ojo' pasa a ser para el otro una agresión directa y sin provocación previa que por tanto merece respuesta. Además se da el caso de que la medición subjetiva de la agresión es mayor para el que la recibe que para el que la da, entrando inmediatamente en una 'escalada de agravios' que SIEMPRE termina mal para ambas partes. Evidentemente esta nunca puede ser una buena estrategia.

Es mucho mejor ser comprensivo a la hora de calibrar lo que percibimos como agravio de otro. Ponerse en su lugar (lo que se llama empatía), intentar comprender porqué ha ocurrido eso, siempre buscar el diálogo para ver su punto de vista, dar el nuestro e intentar buscar una compensación razonable y sobre todo, consensuada con el presunto agresor. Si hemos sido nosotros los que hemos dado el primer golpe, ser igualmente comprensivos ante la muy probable devolución por parte del otro: empatía, diálogo, búsqueda de solución conjunta..

En casos extremos nos encontraremos con elementos que buscan sencillamente el ataque directo y para los que el diálogo o empatía sólo sirve para disfrazar sus intenciones o para tener más tiempo y oportunidades de dar más golpes. Aquí más que nunca no hay que 'entrar al trapo', hay que minimizar la relación cuanto sea posible, quedarse con el agravio como una batalla más perdida en el camino de ganar la guerra y en todo caso prevenir al resto de la sociedad de su actuación.

En caso de duda, siempre dará mejor resultado colaborar aunque 'haya hecho el tonto' que no hacerlo.

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